La «Casa Mirandeña» suele tener planta baja de sillería o mampostería, sobre las que se levantan las plantas superiores, asentadas en postes de madera devastados formando a la altura de la calle voladizos que permiten cobijarse de la lluvia y el sol en las diferentes épocas del año. Se forman corredores en las calles, que son casi “pasillos” domésticos uniendo las diferentes casas
Fachas con entramado de madera (llamados tramones), con pocos huecos y un solo voladizo que recibe al piso superior, con múltiples piezas diagonales de madera. En la parte inferior se utiliza mampostería o sillería para el anclaje de los canes, o bien, a base de apoyos en vigas imprentas sobre las que apoyan los canes y que se recubren de pequeñas piedras y mampostería. El entramado de madera se suele realizar con castaño y las vigas de gran tamaño el roble.
La cubierta a dos aguas con línea horizontal hacia la calle de acceso a la vivienda. Se buscaba que las aguas vertieran en la medida de lo posible sobre otros voladizos a fin de proteger del agua a los transeúntes de calles y callejuelas.
La distribución interior variaba según se tratara de casas señoriales o de casas de labradoras, siendo común en ambos casos que la cocina y trastero dieran a fachada posterior en caso de existir y sino al final de la casa. Suelen ser bajas, con gran campaña sobre ménsulas de piedra y con escaños para sentarse. En las más humildes en lugar de la campana, el llar cuelga de un palo y dos cadenas ancladas al muro (humo escapa entre el tablón y las tejas).
Las casas más grandes disponían de una sala a modo de repartidor del resto de las dependencias al desembocar la escalera de acceso a las plantas superiores. Tienen una distribución más homogénea. En las casas más sencillas prima el aprovechamiento del espacio sobre la distribución ordenada. Los muros de separación interior suelen ser de madera o bien, de entramados de madera y arcilla. Los suelos de tierra apisonada o baldosa de barro.
PLAN DE SOSTENIBILIDAD TURÍSTICA SIERRA DE FRANCIA